lunes, 9 de junio de 2014

Economistas: ¿Qué es lo que hacen y pretenden estudiar?

Esta semana publicaremos la nota de opinión titulada: "Economistas: ¿Qué es lo que hacen y pretenden estudiar?", escrito por la Dr. Grisel Ayllón Aragón. Ella es economista por parte del Tec de Monterrey Campus Ciudad de México, y maestra y doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ella ha dado clases en el ITESM CCM de teoría microeconómica (consumidor y productor), organización industrial, crecimiento económico, principios de microeconomía, teoría de juegos, etc. Es una excelente investigadora y sus principales áreas de interés son la elección social, la economía política, y la teoría de juegos. Para mayor información sobre su experiencia profesional, educativa, de investigación, y demás, favor de visitar: 
https://sites.google.com/site/ayllongrisel/home


Artículo escrito por la Dra. Grisel Ayllón Aragón.

No importan las creencias que profesemos, si seamos optimistas o pesimistas sobre el futuro o sobre lo que nos deparan los tiempos venideros. Cada día nos enfrentamos a disyuntivas, desde las más simples hasta las más complejas, sobre las cuales se debe tomar una decisión.

Podemos encontrar distintas actitudes ante las decisiones: personas firmes en lo que dicen, quienes tardan más en meditar las consecuencias, quienes sin pestañear ya están dando su dictamen… hasta aquellos quienes optan por poner la palabra final en boca ajena queriendo construir una cortina de humo sobre la responsiva de sus actos. Finalmente, se decide entre un conjunto de alternativas disponibles, y una de ellas es pasar la estafeta al siguiente jugador aunque este se llame la “aleatoriedad de la naturaleza”.

¿Cómo tomamos decisiones? ¿Estamos decidiendo lo correcto? ¿Qué es lo correcto? Si una decisión personal puede quitarnos el sueño y lograr que el “yo” y el “super yo” enfrenten una batalla a muerte, ¿cómo imaginarnos que las decisiones colectivas puedan ser más sencillas?

Las decisiones se basan sobre las preferencias individuales.  Ahora sí que cada quien sufre porque quiere (y por las decisiones que ha tomado al momento). Más allá de tomar decisiones para lograr lo que al momento pensamos que es lo mejor, nuestras decisiones y nuestras preferencias tienen repercusiones más amplias.

Si decido trabajar mucho o poco, finalmente el resultado no es un impacto directo en mis ingresos, sino en el producto que el país está generando. Si alguien decide invertir, comprar un bien, ver menos televisión, cambiar su consumo de refresco por agua natural, casarse, divorciarse, tener hijos, votar por el PRI, el PAN o el PRD... Toda decisión es un acto económico: asignación de los recursos.

Quienes juzgan nuestra profesión y argumentan que vivimos en una sociedad en decadencia donde el consumo es el motor de nuestras decisiones tiene total razón e infinita estupidez al formar conclusiones. El consumo es la acción de utilizar (asignar) bienes para satisfacer necesidades o deseos. Así que el individuo tiene la libertad y la capacidad de consumir ocio, tiempo en familia, recreo, alimento, ropa; es decir, todo tipo de bienes tangibles e intangibles (sujetos a restricciones físicas, monetarias o temporales). Sin importar el sistema económico al cual se esté refiriendo, necesitamos consumir y entender los mecanismos por los cuales se toman dichas decisiones y así lograr resultados mejores.

Así que reitero mi pregunta, ¿qué están estudiando?

Mi respuesta es simple y sencilla: estudian las decisiones de los individuos y sus consecuencias.


Al final de esta reflexión, siempre termino con una duda que después de 15 años sigo sin poder contestar: ¿entonces de qué sirve la macroeconomía?