martes, 24 de marzo de 2015

Globo... Globalización...


Artículo escrito por Rosa Yuritzi Ramírez Montiel 


La globalización tiene como principal objetivo beneficiar a los países a crecer en su máxima expresión a base de acuerdos en comercio, políticas, mercados, etc.; en general es un sistema donde los países que se encuentren en desarrollo sean apoyados por países que son desarrollados porque
la situación económica después de la segunda guerra mundial era critica para la mayoría de los países, entonces se organizaron para ayudarse y como no era suficiente se crearon instituciones que ayudarán a reestablecer más rápido a los países, como el BM y el FMI.



Para ello también fue necesario plantear modelos para encontrar la solución a tantas crisis, claro no fue solo un modelo y por supuesto diferentes procedimientos para resolver los problemas económicos, al mismo tiempo la globalización ocupo un papel importante al facilitar la conexión entre países y así proponer soluciones viables; sin este apoyo sufriríamos de otros efectos y con probabilidad de ser más fuertes.

A pesar de lo anterior, ¿cómo es que no existe un cambio extraordinario al tener este proceso dinámico entre los países a pesar de los años que ha estado en funcionamiento?,  he observado que los pobres se hacen más pobres, que los  países desarrollados han utilizado de este proceso para sacar una mayor ventaja en contratos con países en desarrollado, ¿por qué la globalización tomó este camino?, al aplicar este proceso nos vimos involucrados en un cambio de intereses benéficos como malignos para el desarrollo personal y desarrollo a nivel país.

¿Por qué no hacer ahora que funcioné la globalización con la mayoría de los países? Digo esto porque observo que existe una gran diferencia entre los países en desarrollo con lo que son desarrollados, no puede ser que algunos se han mantenido por tantos años en desarrollo y con peores condiciones en calidad de vida y nivel de vida. Al aplicar la globalización se volvió como un globo que fue inflado por los países con interés de participar y las instituciones internacionales que apoyan a qué esto se realice con mayor rapidez y buscando resultados positivos para las economías, pero ahora que todas están adentro sin cumplir completamente y fielmente a la globalización provocará que el globo se rompa.

La forma que encuentro para reflejarse el efecto de la globalización en nuestra vida cotidiana es en nuestro consumo, ya que mostramos cambios en la forma de vestirnos, comer, comunicarnos (refiriéndome al idioma porque ya es necesario hablar otros idiomas para desarrollarse), en nuestro alrededor contamos con una gran contaminación para consumir productos internacionales. A pesar de esta influencia podemos aprender a manejar la situación al pensar en el beneficio de nosotros mismos y de los demás, recordemos que al consumir bienes y servicios nacionales ayudamos a nuestra economía y para obtener una mejor oportunidad de crecimiento en conjunto; pensemos en que la globalización nos ayudará a mejorar si aprendemos a tomar decisiones individuales y en conjunto.


Referencias:

-Stiglitz, Joshep. 2010. El malestar en la globalización. México, taurus. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Fungibilidad: El efecto sustitución y renta de recibir ayuda económica extranjera.

Nota escrita por Alejandro Limón Portillo

“Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”

Si no tenemos el derecho para decidir sobre el uso de nuestros recursos, ¿nos podemos llamar libres? Y si siendo libres hemos decidido mal, ¿estamos justificados para recibir ayuda?, ¿no será que el “donante” esté comprando poder de decisión?, ¿o sus intenciones son realmente buenas y caritativas?


Antes de comenzar a hablar de fungibilidad, es necesario dar una breve explicación de lo que es el efecto sustitución y el efecto ingreso: cuando varía el precio de un bien se observan dos tipos de efectos: varía tanto la tasa a la que se puede intercambiar un bien por otro, como el poder adquisitivo de nuestro dinero. Ejemplo: si tenemos dos bienes, y se abarata el #1, tendremos que renunciar a menos unidades del #2 para comprar el #1; es decir el cambio en el precio del bien #1 altera la tasa a la que sustituimos el bien 2 por el 1. Y al mismo tiempo, si se abarata el #1, significa que podemos comprar una mayor cantidad de dicho bien con la misma cantidad de dinero; o sea, aumentó nuestro poder de compra. Definido esto, podemos continuar con el desarrollo del tema.


El hecho de que los países donantes se preocupen por el destino de sus donaciones surge a raíz de que el 76% de la ayuda (destinada a reducir tasas de mortalidad) ofrecida a economías en vías de desarrollo (se tomó muestra de 48 países) termina en un sector distinto al inicialmente destinado. A éste fenómeno se le llama “fungibilidad”, y puede ser directa o indirecta. Es directa cuando el país receptor usa el dinero donado para los fines que le convengan (tuvo un aumento en el “ingreso” que puede usar donde se le antoje). Por ejemplo, quizás se le dio capital para mejorar la educación, y el gobierno en cambio decidió construir una iglesia (muchos gobiernos africanos hacen esto, pues una iglesia gana más votos que un programa que busca potenciar la productividad). Cuando es indirecta, el país donante establece en qué desea que se gaste la donación. Sin embargo eso no garantiza que el sector objetivo vaya a mejorar, pues parte de los recursos domésticos destinados al sector objetivo ya se pueden desviar, ya que está siendo cubierto por la ayuda (efecto sustitución). Es decir, el país donante sí aseguró que el sector objetivo esté cubierto, sin embargo no garantizó su mejora, pues le permitió al  país receptor liberar recursos que pudieron entonces ser usados en el área deseada; o sea funcionó como un simple aumento en el ingreso nacional.


 Un estudio realizado de 1971-1990, tomando como muestra 14 países en vías de desarrollo, descubrió que la ayuda fue fungible en 3 de cada 5 sectores examinados. Dichos países recibieron apoyo en materia de agricultura, energía y educación, pero desviaron entonces los recursos que antes destinaban a esas áreas a otros sectores. Sólo cuando se les asistió en materia de transporte y comunicaciones, se respetó el destino del dinero. A dichos países donantes les surgió preocupación cuando se descubrió que  el 11% de las donaciones económicas terminaban en fabricación de armas.

A raíz de esto, se iniciaron muchas investigaciones sobre la sustitución de ayuda por bienes militares.  Stein, Ishimatsu y Stoll  (1985) encontraron que la ayuda militar que EUA ofrecía a diferentes países resultaba en cambios en el presupuesto destinado a dicho rubro en el país receptor.  McGuire (1982) obtuvo resultados similares para el caso EUA-Israel: estimó que por cada $100 USD que recibía de EUA como ayuda económica (no militar), dirigía $40 USD a materias de defensa. Éste es un caso de fungibilidad parcial, el cual será explicado abajo gráficamente. Así mismo, Maizels y Nissanke (1986) concluyeron que la ayuda económica conlleva a un mayor gasto militar, aunque dicho resultado sólo se sostenía para países africanos.


Y ¿por qué un país decide cambiar el destino de la ayuda recibida? La utilidad es la respuesta. A continuación se ofrece un ejemplo y una gráfica para modelar el papel de ésta en la fungibilidad:
Supongamos que el gobierno de un país en vías de desarrollo compra solamente dos bienes públicos: educación y defensa, que ofrece a sus ciudadanos. Estos bienes los puede pagar con recursos generados domésticamente. Como extra, un país donante le ofrece ayuda en la compra de educación.
La restricción presupuestaria que va de B´ a  B ,  representa las elecciones de gasto público que puede hacer el gobierno local usando sus recursos domésticos. Dadas las preferencias del gobierno del país receptor, el punto A representa la combinación óptima de los dos bienes (defensa y educación) en ausencia de la donación. Sin embargo, cuando el donante aparece, da una cantidad G de ayuda en materia de educación al país receptor. Por simplicidad asumiremos que la ayuda no afecta al precio relativo de los bienes.



Sin embargo, aunque los precios no cambien, la ayuda si desplaza la restricción presupuestaria del país donante, pues ahora cuenta con más recursos, y entonces se convierte en la línea que va de B´C´  a  C.

Si tratamos una proporción 0<x<1 se presentan tres grados de fungibilidad de la ayuda:

a)      CASO 1: La ayuda es completamente fungible si x=1 donde la combinación óptima de bienes (escogidos después de la ayuda) es una solución interior (es decir, se escogerá siempre un mix de ambos, nunca uno sólo). Si  x=1  , la restricción presupuestaria incrementa (desplazándose a la derecha) en la misma cantidad que la ayuda recibida (cantidad G). El país entonces se moverá a un nuevo punto óptimo asociado con un mayor nivel de utilidad. En la gráfica se indica por el movimiento del punto A al punto E.

b)      CASO 2: La ayuda es totalmente no fungible si x=0 . En éste caso el país receptor no tiene la posibilidad de manipular sus recursos y es forzado por el país donante a gastar el dinero destinado en el sector objetivo. Dadas las preferencias del país, dicho movimiento es sub-óptimo, como lo muestra el desplazo del punto A al punto D.

c)       CASO 3:  La ayuda es parcialmente fungible si 0<x<1 . En éste caso, la restricción presupuestaria del país receptor se desplaza en la misma cantidad que la ayuda fungible. La nueva restricción presupuestaria (no mostrada en la gráfica) indica que el gasto en educación escogido por el país  más la parte no fungible de la ayuda debe ser mayor o igual a la cantidad de la ayuda. El país escogerá un punto óptimo (interior) en su nueva restricción presupuestaria y añade la parte no fungible de la ayuda a su gasto destinado a educación.  Este caso estaría dado por un punto entre E  y D en la línea de presupuesto “post-ayuda”,  y sería sub-óptimo (aunque tendría más utilidad que cuando es completamente no fungible).


El hecho de que la utilidad sea relativa explica por qué los países no siempre usan el dinero recibido en el sector objetivo. Pero, ¿ayudar a un país da el derecho de decidir sobre el uso de sus recursos? Porque si ése es el caso entonces la paz se ve amenaza, y por eso es que empecé la nota con la frase “Entre los individuos como en las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, dicha por Benito Juárez (aunque unos se la atribuyen a Emmanuel Kant). ¿Será que por eso EUA tiene tantos enemigos? Pues según la OCDE, en el 2013, EUA fue el país que más dinero donó en el mundo (duplicando lo donado por el 2ndo lugar), y no es precisamente el país más amado. Pero si entonces ayudar a otras economías viola libertades ajenas y se desperdicia mucho dinero (hay evidencia que lo muestra; si se quiere más información recomiendo leer los artículos completos que usé y que están escritos en las referencias), entonces ¿debemos ignorar a países como la República Democrática del Congo, Burundi y Etiopía, catalogados como algunos de los más pobres del mundo, y dejarlos seguir padeciendo hambre, violencia y enfermedades? No, pero en vista de que gran parte de las donaciones resultan ser fungibles, considero que la mejor manera de transferir ayuda a una nación en vías de crecimiento sería relacionarla a un programa de gasto público que provea, detalladamente, recursos adecuados a sectores cruciales. Es decir, que se tenga bien especificado el destino de la ayuda y que se monitoreé constantemente la asignación correcta de la misma.


Sin embargo, considero que se le debe dar poder de participación al local; o sea que la ayuda se encuentre entre 0<x<1 , siendo parcialmente fungible. No puede suceder que x=1 pues generalmente los países pobres carecen de educación y por lo tanto la asignación de recursos no sería la óptima. Por otra parte x no puede ser = 0 pues se violaría la libertad del país receptor; además nada garantiza que el sector objetivo propuesto por el donante sea “mejor” que el propuesto por el local. Y si , entonces se le da la posibilidad al gobierno local de utilizar parte de la ayuda recibida en lo que ellos creen como más necesario (dada la cercanía con las necesidades), y de recibir ayuda en otro sector que en el extranjero se percibe como más necesario (el donante tiene experiencia, know-how y habilidades administrativas superiores que las locales). De ésta manera se complementan necesidades locales con necesidades sugeridas.

Al final el país receptor sí tendrá que ceder algo de libertad, pero no olvidemos que ésta, como todo en el mundo, tiene un precio, y tristemente, los países pobres no se encuentran en condiciones de pedir mucho por ella.



Referencias:

1.- Michael Sauter, Samuel Weigley, Alexander Hess. 24/7 Wall Street. 11 April 2011. 15 03 2015 <http://247wallst.com/special-report/2013/04/11/the-most-generous-countries-in-the-world/>.
2.- Nikolaos Zahariadis, Rick Travis, Paul Diehl. "Military substitution effects from foreign economic aid: Buying guns with foreign butter?" Social science quarterly (1990): Vol. 71 (4).
3.-Pettersson, Jan. "Child mortality: is aid fungibility in pro-poor expenditures sectors decisive?" Review of world economics (2007): Vol. 143 (4).
4.-Tarhan Feyzioglu, Vinaya Swaroop, Min Zhu. "A panel data analysis of the fungibility of foreign aid." The World Bank Economic Review (1998): 29-58.



martes, 3 de marzo de 2015

¿Qué significa preferir?

Artículo escrito por Alejandro Ruiz Ortega

La teoría microeconómica va a estar encargada de estudiar el comportamiento de los agentes económicos. En sí, la microeconomía estudia las decisiones individuales de los consumidores, el gobierno y las empresas, así como la interacción que existe en el mercado entre estas decisiones.
     Y ¿por qué son tan importantes las decisiones? Bien, simplemente pensemos en todas aquellas decisiones que tomamos a lo largo de nuestras vidas y dentro de cualquier ámbito. En la infancia decidimos cuáles juguetes preferimos y también los dulces que nos agradan más. En la adolescencia escogemos la preparatoria a la cual queremos asistir y la ropa con la que nos vestimos. Después decidimos la carrera profesional que queremos tener, y así podemos seguir mencionando ejemplos sobre las diferentes decisiones que se pueden realizar. La idea aquí es que constantemente escogemos y decidimos, pero esto debe ser con base en algo, ¿cierto?
     Entonces la pregunta central sería, ¿cómo es que normalmente decidimos? Esto es básicamente con base en dos criterios: 1) preferencias y 2) presupuesto disponible. En este artículo únicamente trataremos el tema de las preferencias.
     Antes de empezar a explicar qué son las preferencias, es necesario conocer el trasfondo. Es bien sabido que dentro de una economía existen diversos bienes o commodities, de los cuales el consumidor puede escoger de todos, las cantidades que él desee. Dentro de todos esos elementos, se pueden formar canastas de consumo, las cuales son canastas de bienes en donde estarán contenidos distintos niveles de consumo de bienes para un consumidor, respetando las restricciones físicas e institucionales que puedan haber. Pongamos un ejemplo: Supongamos que dentro de una economía existen únicamente tres bienes: galletas, leche y donas. Supongamos el caso de dos consumidores; el primer consumidor tiene una canasta de consumo de 3 galletas, 2 litros de leche y 5 donas. Por otra parte, la canasta de consumo del segundo consumidor está formada por 10 galletas, 3 litros de leche y 2 donas. Ahora suponga que el gobierno dice que las personas no pueden consumir más de galletas. Esto implica que tanto el primer, como el segundo consumidor deben modificar sus respectivas canastas de consumo; en este segundo caso es en donde se puede apreciar que las restricciones también son importantes a considerar.
     Ya que entendemos esta idea, podemos introducir el concepto de preferencias. Las preferencias establecen una relación entre las distintas canastas de consumo que un mismo consumidor tiene. Gracias a ellas podemos saber si una canasta de consumo le es: 1) estrictamente preferida sobre otra (), 2) débilmente preferida sobre otra (o 3) igualmente preferida o indiferente ().
     Continuemos con el ejemplo de la economía con tres bienes, para ejemplificar la relación que las preferencias establecen. Para fines prácticos, definamos que X1 será el primer consumidor y Y1 representa al segundo, donde todos los elementos que le pertenecen al primer consumidor estarán definidos por xn y los elementos que el pertenecen al segundo consumidor están definidos por yn, donde n puede tomar valores del 1 hasta el que uno quiera. Digamos que x1 es la canasta que contiene 2 galletas, 2 litros de leche y 4 donas, que x2 es la canasta que contiene 4 galletas, 3 litros de leche y 3 donas y que x3 es la canasta con 1 galleta, 1 litro de leche y 2 donas. Si decimos que x x2, estamos diciendo que el consumidor X1 prefiere la canasta x1 a la x2. Si decimos que x1  x2, decimos que el consumidor X1 sabe que la canasta x2 no será mejor que la canasta x1, pero que existe la posibilidad de que x1 sea más preferido o indiferente sobre x2. Cuando decimos que x x3 afirmamos que al consumidor X1 le es igualmente preferida la canasta x1x3.

     Y, ¿qué pasaría si cualquier canasta yn es comparada con una canasta xn? Esto es algo que no podríamos definir, porque estaríamos comparando las preferencias de una persona contra las preferencias de otra. ¿Cómo sabemos cuánto más el individuo X1 aprecia más una misma canasta de consumo en comparación con el consumidor Y1? Lo que la teoría microeconómica supone en estos días es la conocida Teoría del valor subjetivo o en inglés, Subjective Value Theory, la cual fue propuesta por la escuela económica neoclásica. Esta teoría puede ser resumida en que un objeto es apreciado de distintas formas, dependiendo de la perspectiva de cada consumidor. Por lo tanto, nadie impondrá las preferencias, sino que cada agente evalúa de una manera diferente cada objeto.
     En conclusión, cabe destacar que las preferencias son una parte importante dentro de la teoría del consumidor, pero todavía es necesario aclarar si las preferencias a tratar son racionales. La racionalidad del consumidor es otro punto que es muy importante conocer, para saber si los economistas podemos modelar sus preferencias y hacer un estudio sobre estas, ya que además, la racionalidad es el supuesto máximo que existe en la economía. La racionalidad se puede comprobar a través de tres axiomas principalmente, los cuales son muy intuitivos, pero los dejaré pendientes para mi próxima entrega.
     Igualmente, como se pudo ver en este escrito las preferencias permiten realmente ver lo que el consumidor opina sobre las distintas canastas de consumo que están a su alcance; nos permiten apreciar el pensamiento de los individuos que conforman a la economía. Las preferencias tienen una importancia inimaginable dentro de la economía. A final de cuentas, si los economistas no somos capaces de estudiar y estructurar las preferencias de las personas, la economía per se no podría ser estudiada.  

Referencias

Varian, H.R. (2010). Preferences, Intermediate Microeconomics: A Modern Approach. (33 – 53). USA: W.W. Norton & Company