martes, 9 de septiembre de 2014

Amenazas, Incertidumbre y Estrategia

Articulo escrito por Axel Chávez Godínez

En algunas ocasiones la  amenaza desde un punto de vista estratégico es una excelente forma de lograr un fin determinado, ¿pero cuál es el elemento que hace que una amenaza pueda surtir efecto? Sin lugar a dudas el elemento que hace efectiva a una amenaza es la credibilidad a la hora de realizarla; supongamos por un momento que mientras caminamos por la calle, un individuo armado con una bomba de mano, nos amenaza con explotarla si no le damos digamos $1000 pesos que traemos en el bolsillo, ¿Qué deberíamos hacer en esta situación?, la respuesta es sencilla, en primer lugar hay que pensar que al individuo que nos amenaza, no le interesa hacer explotar la bomba más que el goce que le proporcionaría obtener los $1000 pesos (de darle mayor satisfacción el explotar la bomba que los $1000 pesos, simplemente explotaría la bomba desde un inicio), tomando a consideración lo anterior, la respuesta de nuestra parte debe ser hacer caso omiso de la amenaza (debido a que no es creíble su ejecución) y seguir de largo.

El área de la Economía encargada de analizar situaciones estratégicas como la antes descrita es la Teoría de Juegos, lo cierto acerca de la Teoría de Juegos es que como herramienta para modelar situaciones estratégicas, ha llegado a tal grado de complejidad que algunos de sus elementos más intuitivos (rescatables para nuestra vida diaria) se pierden de vista, incluso para varios economistas; una de las cualidades que posee todo equilibrio de una situación estratégica analizada por la Teoría de Juegos, es que la amenaza de realizar una acción que se aparte del equilibrio no resulta creíble (por ende no tiene efecto) por ejemplo la amenaza de un oligopolista a otro de comenzar una costosa guerra de precios si su rival no acepta por completo su dominio del mercado (teniendo ambas empresas el mismo poder) no resulta creíble, dados los altos costos de la guerra de precios y los beneficios nada despreciables que ambas empresas tendría fijando precios no tan agresivos.

 Desde la perspectiva de Teoría de Juegos una amenaza es un conjunto de información que emite un emisor a un receptor, en la vida diaria una amenaza juega el mismo papel, sin embargo dada la incertidumbre a la que nos enfrentamos normalmente, no nos permite discernir por completo las amenazas creíbles de las que no lo son, es aquí donde entra uno de los paradigmas de la Teoría de Juegos, que es el hecho de que como agentes no siempre estamos mejor al poseer más información, la lógica es sencilla si estamos en una postura de desventaja estratégica y nuestro competidor sabe que conocemos nuestra desventaja y a la vez nosotros sabemos que él sabe de nuestra situación, nuestras acciones pueden ser más conservadoras que al estar en una situación donde el rival tiene completo conocimiento de que nosotros desconocemos nuestra situación estratégica y por ende el conocimiento por parte del rival a nuestra ignorancia brinda los elementos suficientes para hacer creíble una amenaza de nuestra parte y nos coloca en una mejor posición para negociar.

El hecho de no poseer información puede ser de igual utilidad para realizar una amenaza como la acción de desprendernos de alguna de solución alterna al problema, a este concepto lo llamaremos “Quemar las naves” para retomar el concepto de los economistas Dixit y Nalebuff en su libro “Pensar Estratégicamente”, quienes adoptan el nombre por la estrategia de Hernán Cortés al desembarcar en Veracruz en territorio hostil y con una tripulación de dudosa lealtad, pues en 1519 Cortés literalmente quemó sus naves y con ello cualquier posible vía de escape para su tripulación, dando a entender a sus rivales que su proyecto iba en serio.

Quemar las naves no siempre es una alternativa para mejorar la postura de negociación, sino que existen ocasiones en las que simplemente no está en nuestras manos hacer creíble una amenaza (como el sujeto con la bomba), en estos casos puede ser útil simplemente deslindarnos del poder de cumplimiento de nuestra amenaza, estableciendo mecanismos fijos o automáticos de respuesta (por ejemplo un dispositivo que desactive la bomba al insertarle los $1000 pesos de nuestro bolsillo), generar la posibilidad de un peligro inminente que no se controla del todo hasta que el competidor ceda, es la idea reunida en el concepto de “Funambulismo Estratégico” enunciado por Thomas Schelling (ganador del premio nobel en 2005). El Funambulismo Estratégico ha sido acuñado en las situaciones de conflicto como un medio para lograr la cooperación entre las contrapartes, el ejemplo por excelencia de funambulismo estratégico son las tenciones impuestas por Estados Unidos a Cuba durante la Crisis de los misiles, mismas que precipitaron deliberadamente la posibilidad de una guerra nuclear hasta que Estados Unidos se  impuso sobre su contraparte Socialista.

El uso de mecanismos automáticos de respuesta (como el Funambulismo) no se limita a los conflictos, pues en la vida diaria se hace uso de contratos o reglas fijas impuestas por autoridades, sin las cuales la amenaza de un castigo o cumplimiento, no podrían funcionar muchas de nuestras instituciones, esta idea es tan común a tal grado que la imposición de reglas fijas es y seguirá siendo la solución para eliminar la posibilidad de “Incoherencia Dinámica” por parte de las autoridades monetarias, según el conocido trabajo de Kidland y Prescott. Una vez más la ciencia económica nos muestra sus múltiples aplicaciones.

 

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